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jueves, 24 de octubre de 2013

Girard-Perregaux Tourbillon bajo tres Puentes de oro.

Tres puentes, un tourbillon, y surge la magia del tiempo. La concepción del famoso Tourbillon bajo tres Puentes de oro de Girard-Perregaux no solo alía la estética a la técnica, sino que impone una visión de la relojería simbólica, eterna, creadora de una fuerte emoción, alimentada por una fantástica historia nacida entre las manos de relojeros de talento.
            Después de más de 125 años de existencia, el mecanismo patentado en 1884 sigue estando de actualidad. En una caja de oro rosa o blanco, la platina se presenta arenada para resaltar los Puentes de oro; y el tambor del barrilete calado se abre sobre el micro rotor. Los nuevos aderezos del Tourbillon bajo tres Puentes de oro de Girard-Perregaux son finos y acentúan esta arquitectura sobre la cual el tiempo no puede ser apresado.
Nacido entre las manos de Constant Girard-Perregaux a lo largo del siglo XIX, el movimiento bajo tres Puentes supone una revolución en la historia de la Alta Relojería. Con él, el mecanismo se impone como un elemento de diseño de pleno derecho, más allá de su función técnica. Consagración suprema, el Tourbillon bajo tres Puentes de oro obtiene una medalla de oro en la Exposición Universal de París en 1889. Esta obra maestra concentra el savoir-faire de la Maison Girard-Perregaux y todo un fragmento de la historia de la relojería.
            En un diámetro de 41 milímetros que se adapta perfectamente a la muñeca, los tres Puentes paralelos en forma de flecha forman un equilibrio perfecto. Su geometría no permite ningún error, ya que cualquier imperfección se haría evidente. Completamente realizados a mano, los acabados requieren una destreza tal que únicamente pueden ser efectuados por contados artesanos. Los Puentes son “cuneados”: el achaflanado les confiere una forma abombada a todo el conjunto, un contorno perfecto. La luz se desliza y se refleja sobre el acabado “pulido espejo”, ofreciendo un contraste cautivador con el acabado mate de la platina.
A las 12h, el tambor del barrilete está minuciosamente esqueletado para desvelar la oscilación del elegante e ingenioso micro rotor en platino. El dispositivo de tourbillon es igualmente objeto de una atención particular, ya que sus 80 componentes deben ser ensamblados en un diámetro de 10 milímetros. La jaula, los puentes del escape y el puente de áncora son achaflanados y pulidos a mano, igual que los tornillos de ajuste en oro.
El movimiento de cuerda automática GP09600 obra en segundo plano. Completamente concebido y ensamblado en los talleres de la Manufactura, posee las cualidades de los más bellos mecanismos de Alta Relojería: los que crean la ósmosis entre el arte y la técnica.
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